En 1624, Bernini recibió el primer encargo oficial: el Baldaquino de San Pietro, Su
ejecución consumió nueve años de trabajo (1624-1633), generando muchos
problemas. Como el de la provisión de los materiales, que Bernini,
seguro de la concesión pontificia, resolvió expoliando todo el bronce
del Panteón, lo que suscitó numerosas críticas,Otro problema fue la ubicación de la estructura definitiva que sustituiría a la provisional erigida sobre el altar mayor,Bernini
superó las soluciones convencionales de los baldaquinos realizados como
obras arquitectónicas con forma de templo, diseñando una estructura
dinámica que es, a un mismo tiempo, arquitectura, escultura y
decoración. Quiso repetir en las columnas la forma de aquellas torcidas
de la antigua pergula columnaria con balaustrada que, desde el siglo IV,
separaba el presbiterio del resto de la iglesia, y que se creían
procedentes del Templo de Salomón. El Baldaquino, por su dinámica
estructura transparente y sus gigantescas dimensiones, deja libre la
visión del estático ambiente arquitectónico y se convierte en el único
interlocutor del espacio. El Baldaquino es un palio gigante que, en mitad
de una procesión, lo impulsan los fieles y lo mueve el viento. Tan
perfecta es la ilusión de ser una estructura en movimiento, que las
gualdrapas del remate parece que las zarandea el aire.
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